viernes, 25 de agosto de 2017

Las mamás también lloramos

Hasta ahora hemos hablado de la maternidad como algo tan bonito y emocionante.
Pero, la maternidad también tiene un lado más difícil. Y es que, algunas veces nos vemos superadas por el estrés, los nervios, la responsabilidad, y hasta por no saber qué hacer.

Hay momentos en los que dan ganas de salir corriendo. Necesitamos desahogarnos, y llorar. Sí, porque las madres también lloramos.

Imagina un día en el que tu bebé llora y llora, que no consigues calmarlo, que toma pecho y después sigue llorando, que intentas que duerma pero no se queda tranquilo, que por más que lo intentes llora sin saber qué le pasa ni qué hacer.

Un día en el que tu/s hijo/s necesita/n moverse, gastar energías, correr, saltar... Pero, al no haber salido de casa, se sube/n por todo, saltan... Sin ver el peligro. Y tú, a punto de salir loca viendo los riesgos y sin poder evitarlo porque no quiere/n jugar ni hacer otra cosa.

Y, después de la tormenta, siempre llega la calma. Aunque puede que, cuando la calma llegue, estén tan desbordada que necesites soltar todo lo que has acumulado.  Llora, grita, ríe... Suéltalo, porque lo que retenemos demasiado al final nos pesa.

Aprendí que las mamás también lloramos.
Aprendí que no todo es fácil ni todo es bonito.
Aprendí que desahogarse es necesario.
Aprendí que llorar no es de débiles, sino un exceso de fortaleza.


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