lunes, 7 de agosto de 2017

Recuerdo lo que me has enseñado

Viví con ella desde pequeña, desde mis primeros días.
Pasé tanto tiempo con ella que, cuando no lo estaba sólo pensaba en ir con ella.
Viví con ella mi niñez, mi infancia, mi adolescencia, y ella me acompañó en mis inicios como mujer adulta.

Aún recuerdo aquella cesta que tenía para llevarme la merienda al parque, aún recuerdo mis veranos con ella, aún recuerdo la primera vez que fui de viaje con ella, lo recuerdo todo como si fuera ayer.

Pero, lo que más recuerdo, son todos sus consejos, lo que me ha enseñado, y cómo era su forma de ser y su manera de vivir.
Y con orgullo puedo decir que sigo su ejemplo, y que ojalá yo pueda ser la mitad de precavida que ella fue.

Crió a sus hijas dándolo todo por ellas, y a pesar de la escasez consiguió guardar de donde no había.
Ayudó a sus hijas en la vida adulta y les preparó bien su camino, demasiado bien quizás.
Crió a sus nietas, especialmente a mí, y volvió a ser una madre conmigo, siendo siempre mi apoyos más fuerte en la familia.

Ya hace un año que no está con nosotros, pero me veo reflejada en ella cada día, recuerdo sus consejos, sus enseñanzas, y sigo su ejemplo para ser la madre entregada y cariñosa que siempre fue con nosotras.

Puede que mi vuelo sea diferente al suyo y que tenga un modo de vida diferente, puede que mis sueños sean diferentes a los suyos.
Pero esa huella de todo lo que me enseñó, de todo lo que aprendí con ella, sigue presente en cada paso que doy.

Aprendí que el mejor maestro fue pasar tiempo contigo.
Aprendí que con poco se puede hacer mucho.
Aprendí que lo más importante es entregarse de corazón.
Aprendí que por mis hijos seguiré tu ejemplo para que tengan, al menos, lo que yo he tenido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario