lunes, 31 de julio de 2017

Página: Diario de una endorfina

Otra de las páginas que plasma de manera cómica y llamativa la maternidad:

https://diariodeunaendorfina.com/

Esta es la última que he descubierto, y por lo poco que he podido leer me ha gustado mucho.

domingo, 30 de julio de 2017

Lactancia

Una vez que nace tu bebé y llega ese esperado momento, vienen las dudas sobre su alimentación, y no todo es color de rosa.

Durante el embarazo te has estado informando y te has decidido por la lactancia materna: dar el pecho es lo mejor para mí y para mi bebé, es el mejor alimento y es un vínculo único y especial.

Cuando por fin tienes al bebé en tus brazos, te apresuras por comenzar la lactancia. Aprovechas ese piel con piel en los primeros minutos de vida, en la primera media hora, todavía en el paritorio. Cuesta que el bebé se coja al pecho, es normal, no se nace enseñado. Y cuando ya le ves bien enganchado con su reflejo de succión dices: "qué fácil ha sido, qué suerte".

Pues no, siento decirte, que lo que parecía tan fácil y tan bonito, luego empieza a complicarse.

Una mala posición hace que haya un mal agarre, el bebé tira del pezón, y empiezan a salir grietas.
El bebé tiene que estar en posición horizontal, y tocando tu barriga con su barriga.

Pasados los primeros días de lactancia, surge otro imprevisto.  El bebé hace su toma, llora, tira del pecho, no se sacia aunque le des los dos pechos.
"Ay, ay, ay ¿a que no tengo suficiente leche?"
Tranquila mamá, respira hondo, infórmate, y sigue adelante puesto que, en este momento, muchas introducen lactancia artificial (biberón) y dejan de amamantar.
Esto que le pasa a tu bebé es que habéis llegado a la primera crisis de lactancia. El bebé necesita más leche, y la forma de que el pecho produzca más cantidad es succionando más a menudo.
Existen varias crisis de lactancia, por etapas. La forma de pasarlas es dale el pecho a demanda aunque te pida cada 5 minutos, para aumentar la producción. Pasa en dos o tres días, incluso antes.

Y, por si fuera poco, el bebé llora y llora a menudo, le ves estirarse, hacer fuerza, retorcerse.
"¿Serán esos cólicos del lactante?"
En mi caso, mis tres hijos han pasado por esto y ha tenido una solución muy fácil.
Resulta que, si yo tomo leche, mis niños lloran mucho y en sus heces se ven como hilitos de mucosidad.  Esto se conoce como "Alergia a la proteína de la vaca" (APLV)
Generalmente se pasa solo, en el caso de mis hijos sobre los tres o cuatro meses.
La proteína de la vaca es demasiado fuerte para su pequeño estómago y eso les causa ese dolor. Suprimiendo de mi dieta todos los lácteos, solucionado.
Poco a poco voy probando, si veo que le molesta, sigo sin tomar, hasta que me doy cuenta de que ya está bien tanto si tomo lácteos como si no, y es el momento de poder retomar su consumo.

Aprendí que la lactancia es complicada, pero lo más hermoso del mundo.
Aprendí que ese vínculo entre madre e hijo, y ese privilegio de que se alimente de mí, no tiene precio.
Aprendí que una buena asesora de lactancia y una buena información es imprescindible para superar los baches.
Aprendí que nunca dejaré de aprender.

domingo, 23 de julio de 2017

Madre primeriza

Cuando vas a ser mamá por primera vez, aprovechas los nueve meses del embarazo para buscar información, para prepararte para esta nueva vida que comienza.
Y aunque no quieras saber, cosa que sería raro, encontrarás demasiada gente que quiera enseñarte, contarte su experiencia, y parecer un súper profesional de la maternidad/paternidad.

Lo primero que hay que recordar aquí es que cada embarazo, cada parto, cada madre, cada bebé, y cada familia, es un mundo completamente diferente del resto.
Y que lo que a alguien le pasó, le fue mal o le fue bien, no a todos nos vale por igual.

Pero oye, que está muy bien informarse; y que cada cual es muy libre de elegir sus ideas y de querer creer la información de cierta persona conocida, cierto libro, etc.

En la mayoría de los casos, la futura mamá cuenta con una madre, suegra, hermana, amiga, o quien sea, que le acompañará con su experiencia y conocimientos.

Pero, aún así, y sobre todo cuando no se cuenta con este apoyo, miles de dudas nos vienen a la cabeza.

- El parto, cuidados antes y después, complicaciones que puedan surgir.
- El recién nacido, qué necesita, cómo son los primeros días,  riesgos.
- Temores a no hacerlo bien, a no ser capaz.
- Lactancia materna o artificial.
- Chupete o no chupete.
- El sueño del bebé, sus ritmos, cuna, colecho.

Y con una larga lista de dudas y miedos que nos van surgiendo pasa el embarazo, acumulamos información, guardamos revistas o recortes de éstas, añadimos mil enlaces web a los favoritos, y nos vemos más preparadas para afrontar la maternidad.

Pues, siento decirte, que no, que no es suficiente todo lo que has preguntado, leído y aprendido.
Porque cuando llegue el bebé surgirán otras muchas cosas nuevas que ni te habías planteado. Y, puede que, lo que tú habías pensado que harías, no encaje con tu bebé y tengas que cambiar de ideas.

Pero no te preocupes, ¡lo vas a hacer bien!

Aprendí que no todo vale.
Aprendí que nunca se deja de aprender.
Aprendí que lo importante es nuestro amor de madres, que nos hará buscar constantemente lo mejor.


jueves, 20 de julio de 2017

Cosa de dos

Puesto que la pareja es cosa de dos, la crianza y educación de los hijos también lo es.

Puede que, en un principio, la pareja no comparta ciertas ideas o formas de actuar; pero, probablemente, sea por desconocimiento.

Por eso, es importante que cada uno tenga una explicación lógica que defienda sus ideas, y entre los dos valorar qué es lo más adecuado para los hijos.

También, dependiendo de la forma de vida de cada pareja, y dependiendo del momento y la situación concreta en que se encuentre, la forma de actuar se verá influida.

En nuestro caso, los dos hemos ido aprendiendo juntos, y aceptando las decisiones juntos.
El apoyo en la pareja, la tranquilidad de saber que no vas a ser juzgado por el otro decidas lo que decidas, y el poder compartir cada información nueva que vamos aprendiendo, es algo enriquecedor y muy positivo para la familia, tanto la pareja como los hijos.

Aprendí que aprender es cosa de dos.
Aprendí que lo realmente importante es ir avanzando juntos.
Aprendí que las diferencias nos hacen una familia perfectamente imperfecta.



miércoles, 19 de julio de 2017

¿Y qué es la familia?

Está claro que todos necesitamos en algún momento el calor de una familia, sentirnos apoyados, queridos, sentir que no estamos solos, saber que podemos contar con alguien...
Pero no siempre lo encontramos. Y, si lo encontramos, puede que no sea en las personas las que, se supone, debería ser.

Discrepo un poco con esta frase: "Pase lo que pase,el calor de la familia no se consigue en otra parte.
Porque la vida me ha demostrado una y otra vez que la familia (de sangre, de apellidos), al menos en mi caso, no te apoya en nada y, más bien, te deja a un lado o te apuñala por detrás.
Está claro que no generalizo, puesto que hay personas muy importantes para mi en mi familia que me han dado mucho y sin las que, hoy por hoy no sería quien soy.
Pero, una gran mayoría de familia y parientes, no se merece ni llamarse familia.

Ahora bien, como la RAE da varias definiciones de familia, me quedo con que la familia es el grupo de personas relacionadas entre sí y que comparten mucho, simplemente.

Por eso, gracias a esos amigos que nos han dado en más de una ocasión ese calor de familia, que nos han demostrado una y otra vez que podemos contar con ellos.
Los amigos son la familia que uno elije.
A veces los amigos son tu mejor familia.

Y por eso, aprendí que la mejor familia para mis hijos son aquellas personas que son una familia para mí, aunque no nos una sangre ni apellidos.



Quiero hacerlo yo

Cuando hablo con algunas personas, deben pensar de mí que soy la más tonta del mundo porque me cargo de trabajo y responsabilidades yo sola.

Pero es que, bien dice el dicho, sarna con gusto no pica.

En lo referente a mis hijos, me gusta ser yo quien haga las cosas.
Desde que han nacido, los tres, se han alimentado de lactancia materna, lo que ha hecho que sólo yo pueda darles de comer. Y me encanta. Ver cómo disfrutan comiendo de mi, sentir su calor, ver esa mirada. Es una sensación de amor incomparable.
Cambiarles los pañales, podría hacerlo otra persona, pero me gusta hacerlo yo, y ver si se les ha enrojecido esa zona, si todo está normal, etc.
La hora del baño, también podría ayudarme alguien, pero me gusta ser yo quien lo haga.
Y así con un largo etcétera, porque quiero ser yo quien haga las cosas relacionadas con mis pequeños. Me encanta, disfruto haciéndolo yo.

Y ahí es donde mucha gente debe pensar que tengo un marido machista, que no me ayuda, que me tiene esclavizada.

Pero también mucha gente puede ver que soy yo la egoísta, la que quiero a mis hijos para mi solita.

Además de los niños, hay otras muchas cosas que hacer en una casa, y como familia en general.
Y yo prefiero que me ayuden a preparar la comida, a limpiar, hacer las compras, y otro tipo de cosas.
Y prefiero también dejar a mis hijos comidos, aseados y tranquilos para que jueguen con su padre, o para descansar, o para lo que sea, mientras yo me doy una merecida ducha, o me tomo tranquila un café, o me como un helado que bien me he ganado.

Aprendí que lo más bonito para mí es hacer las cosas de mis hijos, y si necesito ayuda que me la presten en otras cosas.
Aprendí que me quedo más tranquila habiendo hecho yo las cosas.
Aprendí que disfruto de un merecido descanso o capricho después de un hermoso trabajo de ser madre.

lunes, 17 de julio de 2017

La imagen que me define


He de reconocer que me encantan las imágenes que reflejan de manera sencilla y graciosa las cosas que vivimos las madres, y también los padres, en nuestro día a día. 
Esta vez en francés, es Héloïse Weiner - It's a mum's life quien me saca una sonrisa con sus viñetas como ésta. 
(La traducción es adaptada a mi, no literal)
Lo que imagino que la gente piensa cuando voy con mis tres hijos:
- Qué super mamá.
- Qué niños tan bonitos.
- Ella se ve realmente feliz.
- Su mochila de porteo es magnífica. 

Lo que ellos piensan realmente:
- Pobrecilla
- Debería decirle que su falda está enganchada en la mochila.
- Ella parece cansada.
- Me pregunto cuál de los tres no ha sido buscado. 
- Pobre niño, lleva los calcetines desemparejados

domingo, 16 de julio de 2017

¿Sacrificio o felicidad?

Para muchas mamás, y para mucha gente en general, el hecho de tener hijos supone un sacrificio en el día a día, renunciar a cosas que hacías hasta entonces, cambiar de hábitos, y un trabajo y sobreesfuerzo añadido.

Y, claro está, no vamos a negar que ser padres supone un gran cambio y mucho esfuerzo.

Pero esto, como todo, afecta diferente según lo que esto signifique para cada persona.

Para mi, no hay cosa más feliz que ver crecer mi familia, que tener hijos.
Y queda claro cuando he tenido a mi princesa M en 2013, a mi príncipe A en 2014, y a mi principito J en 2017.

En estos cuatro años no he pasado ni un sólo día sin ellos.
No he ido al cine desde que nació mi princesa.
No he tenido una cena romántica de pareja.
No he viajado con la libertad que lo hacía antes.
He cambiado mis horarios, mis gustos y aficiones han quedado a un lado, no busco nada para mi sin antes hacerlo para ellos, y así un largo etcétera.
Pero soy una mamá feliz y disfruto cada día de los momentos que mis hijos me regalan.
Y no lo cambio por nada.

Aprendí que ser una supermamá conlleva un gran esfuerzo pero recompensa con la mayor felicidad.

sábado, 15 de julio de 2017

¿Trabajo?

El concepto de madre trabajadora está sobrevalorado.
A pesar de que muchas madres trabajan también fuera de casa, las que no trabajamos fuera también tenemos un gran trabajo.
Ser madre, en sí mismo, es un gran trabajo.

Con imágenes como esta refleja nuestra realidad como madres Amo ser Mamá y mi vida caóticamente hermosa.

Ésta página me gusta hace tiempo, además de por el nombre, por la cantidad de imágenes que definen nuestro día a día como mamás (y papás).

Blogs que sigo: Más allá del rosa o azul

Conocí a Jaione por casualidad en Facebook y me encanta su página "Una mamá práctica ", vinculada a su blog "Más allá del rosa o azul".

Mamá bloquera, encantadora donde las haya, que cada día encuentra un hueco en su apretada agenda para saludar a sus seguidores/as. No conforme con eso, se preocupa por responder a las preguntas de la gente relacionadas con sus publicaciones, e incluso sobre ¡dónde ha comprado su ropa!
Más atenta y amable no puede ser, pero aún así el mundo de las redes sociales es complicado y, a veces le asaltan las dudas sobre esto que hace; y no me extraña porque esto le quita mucho tiempo que podría dedicar a otras cosas.

Pero por textos como este que ha dado la vuelta al mundo, por su naturalidad, por su preciosa expresión de sentimientos, merece la pena puesto que se hace querer por mucha gente.

Gracias por tus consejos, por los sentimientos que expresas y que muchas nos vemos identificadas, y por la sonrisa que nos sacas con el café de cada mañana.

viernes, 14 de julio de 2017

Sueña, imagina, cree...

Preciosas palabras de una amiga y super mamá hace unos años:

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Sabes?

Te sueño y te  imagino desde hace años, miles de pausas, miles de instantes  y por diferentes causas.... desde las más tierna niñez te  he evocado, te  he  mantenido vivo en mi mente, te  he recordado aún sin existir.

Y qué locura verdad? el imaginar y el soñar, incluso hablar y sentir  aquello que todavía no existe....desde esos instantes infantiles, locos de imaginación furtiva aprendí a amarte, amarte tanto.....anhelarte y desearte.


Conocí a tu papá un 15 de Septiembre, dos meses  y medio más tarde nos casamos... la gente estaba tan estupefacta ante esa noticia, que algunas compañeros del trabajo me preguntaron:

- estás loca!! ¿por qué te casas tan pronto? a lo que les respondí, quiero crear una familia, quiero mi bebé, mis ansias por tenerte eran taaaaan grandes, tan grandes que no importaba  dejar la vida misma por tí, por  olerte, por acariciarte, por sentir tu dulce piel ... en esta caso el amor , era tan  grande y maravilloso que nada podía pararme para encontrarte.

Dejé todo, dejé a la abuela y a jtitu , dejé el país que me vió crecer, dejé el trabajo que tanto amé, dejé las calles que me acompañaban día a día en mis largos paseos, hice la maleta y volé, toooodo por una sola idea.... la idea de hacer efectivo  de carne y hueso el amor.

Era y es tan maravilloso imaginarte, tan bella la idea de poseerte por unos instantes en la ilusión, tan magnífico y divino que no puedo aguantar más las ganas de tenerte delante, real, auténtico y existente.

Hay días que me hubiera gustado gritar al mundo" oiga mundo, oiga gente amo a alguien que todavía no existe " estoy segura que más de una mujer en la profundidad de su sentimiento y pensamiento me hubiera entendido y se hubiera encendido la chispa del discernimiento femenino.

He imaginado miles de conversaciones contigo, como enseñarte, como educarte, como quererte.... he temido, he llorado y me ha aterrorizado  la idea de no estar a la altura.

Tooodo eran sueños e ilusiones, que se limitaban a eso a las sueños y las ilusiones... Pero... ¡no te creas que te he dejado de soñar! te sigo soñando... seguiré soñandote... Sigo siendo fiel a tu espera...

(tu mamá que te quiere aún antes de que existas, Sakina).

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¡Estoy embarazada!

Llega el día de la esperada no-regla, ésta no llega, te ilusionas, corres a la farmacia, compras el test, lo haces, esperas unos segundos interminables y... ¡positivo!
¡Estoy embarazada! ¡Qué bien! ¡Voy a ser mamá! ¡Lo he conseguido!

Y corres a contarlo, si no a todo el mundo, al menos a los más cercanos, o simplemente a la pareja.

Ilusión, miedos, esperanza, alegría... un sinfín de sensaciones y emociones.

Y pronto empiezan los síntomas del embarazo.
Porque aunque sólo hace dos semanas que estás embarazada, que se produjo la concepción, la fecha de embarazo se calculará desde el primer día de tu última regla, y así ya estás embarazada de 4 semanas.
4 semanas de 40 que suele durar de media un embarazo, 4 semanas que han pasado volando.

"Estoy bien, estoy bien. O no tanto, porque noto que me molestan algunos olores más de lo normal, tengo un sueño que no puedo levantarme de la cama, estoy cansada como si hubiera trabajado sin descanso, empiezan algunas náuseas..."
Y sí, es el comienzo de nueve maravillosos meses, pero con sus inconvenientes y su lado malo.

"Los primeros meses son los peores" dice la gente.
Puede ser, náuseas matutinas, vómitos, te molestan los olores, estás cansada, te duelen los ovarios, etc.

Pero luego vienen los tres últimos meses del embarazo y te dicen "estos son los peores".
Y también puede ser, estás muy pesada, no puedes hacer muchas cosas porque te molesta la barriga, te molesta la ropa, se te hinchan los pies, te salen varices...

Visto así, los mejores meses del embarazo deberían ser del cuarto al sexto.

Pero, como cada embarazo es un mundo, y cada mujer es diferente, a cada una le afecta el embarazo de una manera diferente.

En mi primer embarazo, no tuve náuseas ni vómitos, y pude trabajar hasta los 7 meses más o menos.
Alguna mañana me levanté con algunas náuseas y vomitaba saliva únicamente, pero mi matrona me recomendó comerme una o dos galletas estando todavía tumbada en la cama, y así se me pasaban y me levantaba bien.
Eso sí, dormir dormía de forma exagerada, estaba demasiado cansada.
Luego todo fue pasando, y se puede decir que estuve bien hasta el día del parto.
Lo único que tuve al final eran los pies hinchados, en pleno verano y con el calor de Alicante era casi inevitable. Y por supuesto la incomodidad de tanta barriga y peso.
Además, durmiendo me daban tirones en las piernas, como calambres que me impedían moverme. Y de nuevo fue una matrona la que me dijo que, haciendo movimientos circulares con el pie, el tirón muscular se pasaba.
Como fue niña, asociamos a la teoría "las niñas dan un buen embarazo".

En mi segundo embarazo, los vómitos de la mañana fueron los que me anunciaron que estaba embarazada. Cuando me levanté con ese malestar, vomité bilis y noté esa sensación dije "estoy embarazada".
Y así pasé nueve horribles meses. Con náuseas, vómitos, cansancio, no soportaba el pescado, ni olor ni sabor, tuve infección de orina y que me llegó al riñón, me dolían las muelas, se me partían incluso...
Y no, no se pasaron las molestias después del primer trimestre, se quedaron hasta el mismo día del parto. Eso, sumado a los síntomas y molestias del final del embarazo, que también las tuve.
Al menos, ya sabía que las náuseas de la mañana se pasaban comiendo algo en la cama, y que los tirones musculares se pasaban con los movimientos circulares del pie y durmiendo con una almohada pequeña entre las piernas.
Fue niño, y confirmamos nuestra teoría: "embarazo bueno es niña, embarazo  malo es niño"

El tercer embarazo ha roto las reglas, nada de vómitos ni náuseas, el olfato sensible pero sin que llegase a molestarme ningún olor en particular, el cansancio presente en todos los embarazos; pero, por lo demás, un embarazo muy bueno. Igual o incluso mejor que el primero.
Hasta que llegó el tercer trimestre y vinieron las molestias del peso y  la barriga, sumadas a una dilatación de riñón con un dolor que me hacía pasar las noches retorciéndome y casi llorando. Además, los vómitos llegaron las últimas semanas, cada mañana al levantarme.
Aquí es cuando me dí cuenta de que, probablemente, también tuve dilatación de riñón en el embarazo anterior junto con la infección de orina, puesto que el dolor era el mismo.
Esta vez, infección de orina no tuve, pero el dolor era tan fuerte y yo lo asociaba tanto con la infección en el embarazo anterior, que pudieron ver mediante ecografía que era una dilatación del riñón. Y esta pasó cuando la barriga se bajó acercándose la fecha de parto, porque así ya no me presionaba el riñón.
Fue niño, y se rompió la teoría porque aquí era "embarazo bueno y niño".

Aprendí que cada embarazo es un mundo y que ninguno es igual que otro.

jueves, 13 de julio de 2017

Páginas que sigo: 39 semanas

Buscando información sobre el embarazo encontré hace unos 4 años la página de Esther Gili, y he de confesar que, además de encantarme sus dibujos, me he visto identificada en muchas de sus anécdotas.

Esa manera tan natural de contar sus vivencias, sus expresiones "sin pelos en la lengua", y ese arte y gracia que tiene para escribir y diseñar hacen la lectura agradable hasta el punto de engancharte y querer saber más y más.

http://www.39semanas.com/ 
https://www.facebook.com/39semanas 

Gracias por las risas que me has sacado y por definirlo todo tan bien con tus viñetas Esther.
Te he leído en cada uno de mis embarazos y fuera de ellos, y te recomendaré siempre a todas las futuras mamás.

¿Estaré embarazada?

Cuando estás intentando quedarte embarazada, los 14 días (día arriba, día abajo) que hay entre la ovulación y posible fecundación, hasta la llegada o no llegada del periodo, parece que sea una eternidad.

Son tantas las ganas de quedarte embarazada, que empiezas a pensar si lo habrás conseguido, si estarás embarazada. Y entonces se hace eterna la espera del día en que deberíamos recibir al periodo, con la ilusión de que éste no llegue y así nos animemos a hacernos una prueba de embarazo.

Aproximadamente una semana después de la concepción, el óvulo fecundado se implanta en el útero y puede producir un leve sangrado, el sangrado de implantación.
Éste no siempre llega, pero tanto si lo hace como si no, nos vuelve a hacer dudar.
Si no hay sangrado de implantación, pensamos que no estamos embarazadas y ya deseamos que llegue la menstruación y demuestre que no hay embarazo. Aunque todavía queda una pequeña ilusión de que no sea así.
Y si hay sangrado de implantación, también dudamos de si será este o que nos estamos preparando para la menstruación, y no estaremos embarazadas.

Hasta el día de la falta, el día en que debería llegar nuestra menstruación y no llega, no se puede saber si hay o no embarazo.
En realidad, se aconseja esperar un par de días para hacer la prueba de embarazo por si todavía no se ha implantado el óvulo y no hemos empezado a producir la hormona que detecta el test de embarazo a través de la orina.
Unos días antes de la falta se podría saber si hay embarazo mediante una prueba de sangre que muestre si la hormona ya se está produciendo en nuestro cuerpo.

Pero, en algunos casos, podemos tener ciertos síntomas de embarazo antes de la falta de la regla.
Éstos no siempre se producen, y además son muy similares a los de la menstruación, con lo cual, tampoco aclaran demasiado: alteración del estado de ánimo, vientre hinchado, dolor de ovarios, dolor de cabeza, cansancio, dolor en los pechos, etc.

En mi caso, los primeros síntomas de embarazo incluso antes de la primera falta han sido dolor de pechos, o más bien pinchazos, dolor de ovarios, cansancio, muuuucho sueño... Y en este último embarazo tenía el vientre hinchado y muchos gases, tanto que me molestaba la ropa antes de saber que estaba embarazada.

A pesar de ciertas señales y síntomas, lo único que cabe es esperar a que no llegue la menstruación, hacerse una prueba de embarazo y que sea positiva.

Aprendí que ningún síntoma es claro hasta que una prueba confirma el embarazo.

La llamada del reloj biológico

Un buen día te levantas y dices: "es el momento de ser mamá". ¿Por qué no? ¿Qué tengo que esperar?

Y entonces te vienen mil dudas a la cabeza.
¿Me quedaré embarazada a la primera? ¿Habrá algún truco para que pronto tenga al bebé en mis brazos? ¿Tendré algún problema para tener hijos? ¿Y si no consigo quedarme embarazada?

Y ahí tenemos al gran sabio google, y empezamos a buscar.

Sabemos que hay unos días fértiles y que es en ellos cuando se produce el embarazo, así que empezamos a calcularlo todo.

Así es, si contamos que el ciclo menstrual son 28 días, la ovulación se produce a los 14, con lo cual los días más fértiles serán entre el 13 y 16 del ciclo, por así decirlo.
Contamos cuándo fue el primer día de nuestra última regla, calculamos el día fértil, e intentamos que en ese día surja el embarazo.
Pero, aún así, las dudas siguen: ¿y si no ovulo bien? ¿y si mis óvulos son débiles? ¿habrá algo que aumente la fertilidad?

Cintia nos contaba en esta entrada de su blog cómo consiguió quedarse embarazada con ovarios poliquísticos y después de muchos intentos fallidos y abortos.

Otra amiga tenía problemas para quedarse embarazada, y después de varios intentos empezó a tomar polen de abejas por consejo de algún especialista, y poco después se quedó embarazada.

Yo, gracias a Dios, no he tenido problemas para tener hijos.
Pero es cierto que llevar una vida sana en cuanto a alimentación y estilo de vida ayuda en la fertilidad, demostrado por estudios.

Aquí, no debemos olvidar a la otra parte, el papá, que también tiene que cuidar su alimentación y estilo de vida. Las cosas sanas, naturales, son siempre un buen complemento para la fertilidad, tanto para él como para ella.

Y ante cualquier duda, lo mejor es consultar con un especialista, matrona o ginecólogo, que pueda aconsejarnos para nuestro caso particular.
En internet encontramos mucha información, pero no toda es fiable siempre, y puede que buscando encontremos algo que sea contraproducente a lo que queremos. Por eso, antes de seguir el consejo de cualquier página, al menos, contrastar la información en diferentes fuentes.

Y después de todo esto, que sea Dios, el karma, el destino, la suerte, o lo que cada uno crea, quien decida cuándo es nuestro momento. Sólo cabe intentarlo y esperar.

Aprendí que los hijos vienen cuando toca.

Blogs que sigo: Mi querida Cintia

Desde antes de ser mamá sigo un blog que me encanta y del que he aprendido muy buenos consejos y cosas que jamás hubiera imaginado, en cuanto a bebés, embarazos, crianza, y la vida del día a día.
He seguido tanto a Cintia en su blog, por Facebook, en sus otros blog, y en su canal de Youtube, que la considero una amiga y le tengo un gran aprecio aún sin concerla demasiado ni haberla visto nunca.

Mil gracias por todo lo que escribes, estoy convencida de que tu experiencia y consejos han servido a muchas mamás, entre las que me incluyo, por supuesto. Ánimo con el bebé que pronto llegará, tu quinto pequeño!.

¿Necesito...?

Antes de tener hijos, la mayoría de la gente espera haber conseguido ciertas cosas:
- Necesito tener ciertos ahorros.
- Necesito tener un buen trabajo, fijo y con un buen sueldo.
- Necesito una casa de tal manera.
- Necesito miles de cosas para recibir al bebé (mobiliario, coche, cosas de puericultura, etc.)

Y sería de irresponsables que personas sin una cierta estabilidad, cierto apoyo, etc se pusieran a tener hijos sin tener nada que ofrecerles.

Pero la vida me ha enseñado tres cosas muy importantes:
1- que lo que tienes no es para siempre y en cualquier momento se puede perder.
2- que nunca sabemos si mañana estaremos mejor de lo que estamos hoy, o incluso peor.
3- que necesitar, necesitamos muy poco; más bien es que queremos tener, pero perfectamente podemos pasar sin.

Esperando a tenerlo todo, el tiempo pasa y puede que después sea demasiado tarde, e incluso que nunca llegue eso que tanto hemos esperado.

Los bebés necesitan, sobre todo, un hogar lleno de amor; lo demás es secundario.
¿Qué más da si no tiene veinte trajes? ¿Por qué necesitaría mil accesorios último modelo en vez de lo básico y económico?

Gracias a Dios, a nuestros hijos no les ha faltado de nada, puesto que han tenido todo el cariño de sus padres, son cada día nuestra prioridad, y les vemos crecer felices cada día.  
Siempre han tenido alimento, ropa y juguetes. Y siempre han tenido y tendrán unos padres que lo dan todo por ellos, aunque tuviéramos que dar la vuelta al mundo buscando una vida mejor.

Mi deseo

El deseo de ser mamá está en mí desde que me alcanza la memoria.

Como cualquier niña, jugué mucho a "papás y mamás" y tuve muchos "hijos (muñecos y muñecas)" a los que cuidar en la infancia.

Además, siempre desee tener un hermanito pequeño.
Aunque tuve una hermana siete años menor que yo, las circunstancias no me dejaron disfrutar de ella como me hubiera gustado, por eso siempre mantuve la ilusión de otro hermanito.
Supongo que, con 7 años, no era lo bastante mayor como para poder jugar con mi hermana, ni tampoco lo suficientemente pequeña como para compartir juegos y aficiones con ella. De hecho, aunque nos queremos, hemos crecido muy distanciadas, sin nada en común, y sin haber compartido mucho.

Así que, desde mi adolescencia, siempre he tenido ese deseo y ese pensamiento de "¿cuándo llegará el día de ser mamá?

Y es por eso que, después de casarme, mi único objetivo era tener una gran familia rodeada de niños/as.
Y a día de hoy, puedo decir que mi objetivo se cumple por completo y no hay satisfacción más grande para mi: ver cada día tres pequeñas personitas que son mi alegría, mi sufrimiento, mi mejor compañía, y el amor más grande que se puede tener.

martes, 4 de julio de 2017

Sobre mí

¡Hola!

Me llamo Raquel, aunque también me gusta que me llamen Laila.
Y tengo tres corazoncitos que llenan mis días.

Podría contar la cantidad de cosas que les enseño a mis hijos, pero lo realmente sorprendente es la cantidad de cosas que aprendo de ellos.

Soy, entre otras cosas, educadora infantil.
Pero no tenía ni idea de niñ@s hasta que nació mi princesa, seguida de mis dos príncipes.
Y me he dado cuenta que, por mucho que sepas, estos seres tan pequeñitos nunca dejan de sorprenderte, de darte lecciones, de hacerte aprender, y de ayudarte a crecer como madre y como persona.

Por eso, en este blog, contaré "lo que aprendí de ser mamá", o mejor dicho, lo que aprendo cada día de mis tres amores.

Pd: dedicado a una buena amiga que me animó a escribir