miércoles, 19 de julio de 2017

Quiero hacerlo yo

Cuando hablo con algunas personas, deben pensar de mí que soy la más tonta del mundo porque me cargo de trabajo y responsabilidades yo sola.

Pero es que, bien dice el dicho, sarna con gusto no pica.

En lo referente a mis hijos, me gusta ser yo quien haga las cosas.
Desde que han nacido, los tres, se han alimentado de lactancia materna, lo que ha hecho que sólo yo pueda darles de comer. Y me encanta. Ver cómo disfrutan comiendo de mi, sentir su calor, ver esa mirada. Es una sensación de amor incomparable.
Cambiarles los pañales, podría hacerlo otra persona, pero me gusta hacerlo yo, y ver si se les ha enrojecido esa zona, si todo está normal, etc.
La hora del baño, también podría ayudarme alguien, pero me gusta ser yo quien lo haga.
Y así con un largo etcétera, porque quiero ser yo quien haga las cosas relacionadas con mis pequeños. Me encanta, disfruto haciéndolo yo.

Y ahí es donde mucha gente debe pensar que tengo un marido machista, que no me ayuda, que me tiene esclavizada.

Pero también mucha gente puede ver que soy yo la egoísta, la que quiero a mis hijos para mi solita.

Además de los niños, hay otras muchas cosas que hacer en una casa, y como familia en general.
Y yo prefiero que me ayuden a preparar la comida, a limpiar, hacer las compras, y otro tipo de cosas.
Y prefiero también dejar a mis hijos comidos, aseados y tranquilos para que jueguen con su padre, o para descansar, o para lo que sea, mientras yo me doy una merecida ducha, o me tomo tranquila un café, o me como un helado que bien me he ganado.

Aprendí que lo más bonito para mí es hacer las cosas de mis hijos, y si necesito ayuda que me la presten en otras cosas.
Aprendí que me quedo más tranquila habiendo hecho yo las cosas.
Aprendí que disfruto de un merecido descanso o capricho después de un hermoso trabajo de ser madre.

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